Tras la votación de ayer miércoles (acta AdR 16/22/23), en la que la Comunidad decidió que la Winter se jugase con las normas de la casa que la Organización decidiese y que el torneo puntuase o no en función de su arreglo a la normativa, la Federación se ve en la obligación de escuchar el mandato democrático de sus bases y tomar las decisiones pertinentes.
La norma sobre las cargas de la Winter, aunque fue acordada entre Competición y la FRJM, responde al concepto “normas de la casa” que se ha venido utilizando hasta ahora como mecanismo para probar y mejorar normas que no funcionan correctamente. Como hace tiempo que tratamos de transmitir, este acuerdo se alcanzó tratando de contentar a todas las partes al mismo tiempo que se cumplía con la normativa de la Federación. Resulta evidente que no existe un consenso en el seno de nuestra Comunidad con respecto a la norma sobre las cargas. Los resultados de la votación del reglamento así lo indican, de modo que resulta lógico utilizar el mecanismo que se viene utilizando hasta ahora para continuar tratando de mejorar el reglamento y que este pueda servir de correa de transmisión para la unión del Jugger en España, no para su fractura.
En este sentido, es y ha sido siempre voluntad de la Junta de la Federación tratar de crear un espacio en el que todo el mundo se pueda ver representado y un “Jugger para todos”. El único mecanismo que conocemos —y opinamos que el único posible—, es dotar de garantías democráticas todos nuestros procedimientos. En ningún momento se ha actuado en contra de nuestra propia normativa —aprobada democráticamente— e, incluso, se ha optado por realizar consultas a los Representantes en temas especialmente polémicos, como el que nos atañe ahora.
Es evidente que cuando se gestiona una Federación compuesta por núcleos con intereses distintos y, a menudo, contrapuestos, en ocasiones resulta imposible contentar a todos y alguien sale perjudicado. Desde luego, trabajamos para minimizar esas situaciones en la medida de lo posible, pero no somos máquinas perfectas con la llave mágica. Este ejercicio de gestión requiere de la colaboración y comprensión de aquellos que confían en las juntas directivas.
No obstante, en los últimos tiempos se ha tenido que trabajar en un ambiente realmente complejo en el que no parece haber forma de que ninguno de los lados ceda ni un ápice de su manera de ver las cosas en favor del consenso y el diálogo. Es nuestra labor y nuestra responsabilidad estar entre las dos posturas y tratar de evitar que la cuerda se tense tanto que acabe rompiéndose, pero a veces hay que tomar decisiones y tratar de que sean lo más justas posible.
Siendo así, la única actitud que consideramos correcta es continuar utilizando nuestros caballos de batalla principales con los que la Comunidad nos brindó su apoyo: la democracia y la normativa. En vista de los resultados de la votación de ayer en la Asamblea, no queda más que recoger el guante de la voluntad popular y valorar que la Winter puntúe o no en función de lo que se adecúe a la normativa vigente el reglamento de juego que se utilizará en el torneo. Dado que el torneo contiene “normas de la casa”, a pesar de que ese concepto sea perfectamente compatible con nuestra normativa, la Asamblea de Representantes ha decidido que el torneo debe ajustarse al Reglamento escrupulosamente. Siendo así, no queda sino decretar que, en tanto la Winter Cup se juegue con la normativa que pretende, la misma no contará con el Sello FEJ y, por tanto, no será puntuable para el Ránking.
Junta de Gobierno de la FEJ